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Letras y Fotografía # 61 Elsa Dorfman

ELSA DORFMAN: LA CARA B

Por Paula del Valle
Alumna del Curso Avanzado Blackkamera

La fotografía es interesante, un poco adictiva. Te obliga a mirar en silencio, a esperar el momento preciso. A quedarte muy quieta y a decidir. Te empuja a seguir caminando porque siempre hay una foto nueva esperándote. Y te habla de ti misma: sólo tú te has fijado en esa imagen de esa manera concreta. Tú decides qué queda dentro y qué queda fuera de la foto. Decides cómo manejar la luz para que la foto diga cosas diferentes. Así que realmente una parte de ti está puesta en la cámara cuando disparas.

Algo que tiene la fotografía es que poco a poco va entrando en tu vida, en tu mirada, y en tu cabeza. De tal forma que de pronto, un día, cuando te toca trabajar en casa, en lugar de poner un nuevo capítulo de tu serie preferida te da por buscar lo que sea que haya en Netflix relacionado con la fotografía.

Y así, por casualidad, conocí a Elsa Dorfman. Mujer. Septuagenaria. Fotógrafa. The B-Side es el documental que su amigo Errol Morris dirige sobre su vida y obra.

Desde los primeros minutos del documental me sorprende su manera sencilla de hablar sobre sus fotografías, porque por encima de todo evoca las historias que hay detrás de ellas y de las personas retratadas. Me enternece su forma de mostrarlas a la cámara, siempre delante de su cara, tapándose a sí misma, de manera que nada distrae tu atención de la fotografía.

Elsa nació el 26 de Abril de 1937 en Cambridge, Massachusetts. En el 59 se graduó y consiguió un trabajo de secretaria en Grove Press, lo que la puso en contacto con numerosos integrantes de la Generación Beat, un conjunto de escritores estadounidenses que fueron inspiración para el posterior movimiento hippie por su visión de los valores estadounidenses clásicos, el uso de las drogas, la libertad sexual y la filosofía oriental. En esta época también consolidó amistades para el resto de su vida.

Elsa Dorfman

«Decidí que Nueva York era demasiado para mí. No conocí a ninguna mujer que no fuera alcohólica, promiscua o drogadicta, y que fuera creativa o llevara una vida interesante. Para mí, fue una derrota volver a casa a vivir con mis padres.

Fui al Boston College y me gradué para ser maestra en una escuela elemental. Conseguí un trabajo de maestra en Concord, Massachusetts, que incluso entonces era un barrio blanco y pudiente. Uno de los padres de un niño de mi clase me llevó a un lado y me dijo: “Tú no deberías estar aquí”, y me envió al programa de ciencias elementales que preparaba gente del MIT. Hicieron fotografías de todos los profesores y me asignaron a un fotógrafo.

Ese fotógrafo me dio una cámara, pero no me dijo: “Te presto esta Hasselblad. Es una cámara muy cara y buena y bla, bla, bla”. Solo: “Toma, usa esta cámara. Es una Hasselblad”. Y me dejaron usar una sala oscura que había. Berenice Abbott había preparado esa sala para sus fotografías de ciencia que se hicieron tan famosas. Y me dijo: “Puedes ser como Berenice Abbott”. Lo único que me habían dicho hasta entonces era: “Eres gilipollas”. Bueno, no en Grove, pero… Ahí cogí una cámara, en el ESI. Fue tan increíble como Grove.

Solo era una chica judía afortunada que escapó por los pelos. Es lo que creo»

Ya nunca dejó de sacar fotografías. Durante 15 años, en blanco y negro. Desde siempre, retratos y autorretratos. Vendía sus fotografías por dos dólares en la calle, las llevaba en un carrito de la compra. A veces la policía quería echarla, pero ella llevaba preparado un escrito de su marido Harvey A. Silverglate, abogado de derechos civiles, que justificaba, en base a la Primera Enmienda, que ella podía estar allí.

Escribió el libro Elsa’s Housebook – A Woman’s Photojournal. Fotografió a grandes figuras como Allen Ginsberg (íntimo amigo suyo durante 50 años), Bob Dylan, Joni Mitchell, Peter Orlovsky…

Pero si hay algo que marcó la carrera de Elsa fue el momento en que consiguió una de las 5 gigantescas cámaras Polaroid que se fabricaron con película instantánea de 20 x 24 pulgadas, esto es, unos 51 x 64 centímetros. La cámara en sí pesaba unos 107 kilogramos, era de madera, y casi más alta que la propia Elsa. Al principio la alquilaba, pero no paró hasta conseguirla definitivamente.

“From the minute I used it I loved it”, dice ella.

Elsa DorfmanLas dimensiones de la cámara hacen que su uso sea, por lo menos, aparatoso. La única manera de moverla es sobre ruedas. Para enfocar, es necesario abrir una tapa trasera donde se encuentra la pantalla, ajustar un enorme acordeón para enfocar la lente y tener la pericia para saber si estás capturando la imagen deseada, sobre todo teniendo en cuenta que la ves al revés y que la pantalla nunca recoge realmente el plano completo que después capturará la película. Finalmente, cierras la tapa y disparas.

A partir de ahí, ocurre la magia. Tanto la película como los químicos necesarios están en la parte trasera de la cámara. Al disparar, la lente se abre y expone sobre el negativo. Un mecanismo interno junta físicamente el negativo expuesto con una pieza de positivo y le aplica los químicos necesarios, de manera que el negativo se transfiere al positivo. Posteriormente, se saca la película de la cámara y, unos 90 segundos después, se separa el negativo del positivo, descubriendo la fotografía final.

“Hay muchos pasos en los que puedes cometer un error y cada foto es como un milagro mecánico”, dice Elsa. “El fotógrafo debe estar muy concentrado, ya que no hay vuelta atrás para corregir”.

Elsa bucea en sus infinitos archivadores cogiendo con delicadeza las enormes fotografías. Explica los errores y valora los aciertos. Habla de la fragilidad de la película y de la propia cámara como si tuvieran vida propia. La historia de sus fotografías va intrínsecamente unida a su propia vida, su propia historia. Bajo cada una de las fotografías, una frase escrita a mano por ella misma relata lo que pasaba por su mente o su corazón en aquel preciso instante.

Durante más de 30 años, Elsa ha sacado fotos con su inseparable e inmensa compañera en su estudio de Cambridge. Todo tipo de gente pasó por delante de su 20×24. Siempre hacía dos fotos a los clientes (sólo dos). Los clientes se llevaban la que más les gustaba y la otra se la quedaba ella. En general, Elsa cree que las mejores fotografías son las que ella tiene. La cara B.

“Mi trabajo trata del afecto. La gente viene a mí y quieren que les hagan una fotografía por afecto a la persona a la que se la regalarán o afecto por la persona con la que se la hacen. Está muy orientado a la familia”, así lo describe una joven Elsa.

Elsa Dorfman

Elsa Dorfman Elsa Dorfman

El New York Times dijo de ella en 2016, al hilo de su jubilación, que consiguió convertir la 20×24 “en un instrumento de tal calidez, intimidad y moderno espíritu bohemio que su trabajo la ha convertido en una especie de heroína popular en esta ciudad universitaria tan unida”.

A mí, en definitiva, se me ha quedado grabada su sencillez y, sobre todo, su pasión y alegría genuinas. Tuvo la oportunidad de ser fotógrafa y, simplemente, lo fue y lo sigue siendo. Esa fue su manera de expresarse y de retratar su entorno. Su medio de vida, salvavidas y bitácora. Aunque fuera, durante tantos años, la última de la fila en cuanto a reconocimiento. O quizá precisamente por eso, quién sabe.

Os invito a ver el documental sobre su vida y os regalo un último mensaje de Elsa:

«Creo que la gente piensa que mi trabajo es demasiado feliz. La explicación es que, en mi vida, me he esforzado para no estar deprimida. Ya basta con estar deprimida, no hace falta ir por ahí con una foto que lo demuestre. […] No me gusta hacer fotografías de gente triste. Y no me gusta hacer fotografías de gente con el corazón roto. Tengo esta extraña idea terapéutica de que mi papel en el universo es hacer que la gente se sienta mejor».

Fuentes:

Te B-Side: Elsa Dorfman’s Portraits fotography (http://bsidefilm.com)

https://www.wired.com/2012/02/elsa-dorfman-and-the-20×24-inch-polaroid/?pageid=7107&pid=1752

https://www.nytimes.com/slideshow/2016/01/05/arts/design/elsa-dorfman-a-polaroid-portraitist-is-retiring-at-78/s/20160105POLAROID-slide-WWV4.html

https://en.wikipedia.org/wiki/Elsa_Dorfman

https://en.wikipedia.org/wiki/Grove_Press

https://es.wikipedia.org/wiki/Generaci%C3%B3n_beat

http://carloscarreter.es/essays/2017/09/the-b-side-pelicula-documental-sobre-la-fotografa-elsa-dorfman/

http://www.elsadorfman.com/

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