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Alejandro Castellote. Preservar el pasado para garantizar el futuro.

Conversación de Koldo Badillo con Alejandro Castellote sobre La plataforma Centro de Fotografía e Imagen.

Koldo Badillo es fotógrafo y colaborador con medios que difunden la Fotografía. Alejandro Castellote es profesor, comisario y fue el primer director de PhotoEspaña.

La plataforma nació con el espíritu de crear un suelo estable para las nuevas generaciones.

El pasado 26 de mayo de 2021 tuvo lugar el acto de presentación de La Plataforma y del Manifiesto para la creación de un “Centro oficial de Fotografía e Imagen” en el que participó Alejandro Castellote junto a Juan Manuel Castro Prieto, Sandra Maunac y Nerea Ubieto. Tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con la presencia de muchos fotógrafos conocidos entre los que destacaría a Ramón Masats quién ha cedido su célebre fotografía “Tomelloso, Ciudad Real, 1960” para la creación del logotipo de la asociación.

K.B. Decíais en la presentación que contabais con la firma de los 17 premios nacionales de fotografía que están vivos y de otros premiados con World Press Photo y demás, e invitabais a firmar un manifiesto de 10 puntos que recogen los objetivos del proyecto. Antes de analizar este manifiesto me gustaría que nos contaras los antecedentes históricos de esta vieja demanda, ¿cuándo empezó la consciencia de esta necesidad?

A.C. Es una demanda que se remonta a los años ochenta, un momento en el que la fotografía contemporánea española da sus primeros pasos hacia la madurez; es decir, reconoce a sus referentes del pasado —fundamentalmente a la generación de los años cincuenta—, comienza a elaborar una historia de la fotografía en términos locales y asume su presente con la voluntad de abandonar la periferia y sincronizarse con la creación internacional. En ese periodo se hizo evidente la necesidad de generar estructuras estables que acometieran medidas urgentes: la formación de colecciones de fotografía en los museos y centros de arte públicos, la preservación del patrimonio fotográfico —el rescate y la catalogación del pasado—; para entonces muchos archivos de fotógrafos históricos habían desaparecido o estaban en condiciones precarias. Una situación que en algunos aspectos, no dista mucho de la actual. Desde los años ochenta, el desaparecido Centro Nacional de Exposiciones del Ministerio de Cultura intentó, sin éxito, la creación de un Centro Nacional de Fotografía y, ya en 2008, el ministerio anunció la creación del Centro Nacional de Artes Visuales en la antigua Fábrica de Tabacos (Tabacalera) de Madrid y, dos años después, lo intentó en la antigua sede del Banco de España en Soria. Todas estas iniciativas fracasaron.

La naturaleza de la fotografía permite ir más allá del carácter «artístico» del medio y atender a los vínculos que crea con diferentes aspectos de la cultura y la ciencia.

K.B. Os habéis constituido como Asociación y entiendo que la firma del manifiesto supone la adhesión a la misma, porque el ministerio de cultura así os lo demandó, de cara a tener una interlocución visible y legal.                                            

Creo que es un acierto establecer una definición de mínimos de cara a conseguir el mayor número de adhesiones posibles entre los fotógrafos y artistas visuales en general, y en toda la sociedad. Dicho esto, pedir sólo una firma se me antoja un grado de compromiso poco exigente, sobre todo para los fotógrafos más consagrados. Un compromiso más costoso podía ser la donación inicial de una obra, manera con la que empezaron algunos proyectos europeos como el nacimiento de FOTOHOP en Austria (Salzsburgo). ¿Tenéis pensado cómo incrementar el compromiso de los autores con el proyecto?

A.C. La adhesión al Manifiesto —tenemos más de seis mil firmas— ha sido muy importante para respaldar la iniciativa, pero no nos quedamos ahí. Hay un grupo de aproximadamente treinta personas que están trabajando en el desarrollo de diferentes aspectos del manifiesto a través de varias comisiones, que estudian las estrategias necesarias para avanzar en nuestros objetivos. Hemos querido hacerlo sin pedir a los firmantes una contribución económica, pero contamos con la generosidad de muchos miembros para lanzar propuestas que nos permitan financiar los primeros pasos de la plataforma. Es necesario ir despacio para ser capaces de activar los objetivos del Manifiesto.

K.B. En el manifiesto y en su presentación pública explicáis muchas funciones que podría tener este centro. Quizá la más urgente sea la de recoger los archivos de los fotógrafos españoles antes de que puedan desaparecer. Por la edad avanzada de muchos de los asistentes en la presentación del proyecto, entiendo que es una necesidad perentoria de cara a asegurar su conservación. Conozco de primera mano el sufrimiento de los familiares herederos de un archivo que no saben como conservarlo, estudiarlo, divulgarlo, etc. y buscan soluciones. Aquí la frontera del interés siempre depende del nivel del fotógrafo en cuestión, algunos archivos los querrían todos y a otros nadie. ¿La fototeca-archivo de este Centro será la casa de todos?

A.C. Coincido contigo en que resolver el destino y el cuidado de los archivos de nuestros fotógrafos es una de las prioridades más acuciantes. Es muy importante, en mi opinión, dotarnos de la necesaria infraestructura para su conservación y su difusión. No queremos un panteón en el que enterrar los legados. Tampoco pretendemos que los archivos se centralicen en un solo sitio. Lo que planteamos es que, en la medida de lo posible, se conserven en el territorio en el que se han creado. Simultáneamente, es preciso abordar un mapeo y una catalogación de todo el patrimonio fotográfico de nuestro país para generar un nodo virtual que permita conocer su localización y el acceso al estudio de sus contenidos. Las infraestructuras para la conservación de archivos son muy costosas, por eso estamos estudiando las estrategias que se han desarrollado en otros países de cara a la elaboración de propuestas que sean viables, tanto en el ámbito estatal como en el local. Todo ello hay que hacerlo con la complicidad del ministerio y de las diferentes administraciones públicas y las entidades privadas que ya albergan archivos fotográficos.

La naturaleza de la fotografía permite ir más allá del carácter «artístico» del medio y atender a los vínculos que crea con diferentes aspectos de la cultura y la ciencia. Es uno de los motivos que nos lleva a pensar que su conservación no puede circunscribirse al ámbito de los museos de arte. Asimismo, su valoración debe hacerse diferentes perspectivas, ya que, en casos concretos, se puede solapar su carácter sociológico, con el científico o el artístico. En la polisemia de las fotografías reside una parte muy importante de su valor patrimonial, tanto en términos de construcción del relato histórico de un país, y de su íntima conexión con la sociedad en todos sus estratos, como en la ampliación del espectro de la creación artística y de su interrelación con otros medios de expresión.

K.B. Confieso que los artículos del manifiesto que más me interesan son los que hacen referencia a la creación de una Colección estatal de Fotografía, que fuera el corpus museístico de un centro nacional. En mis visitas a centros fotográficos europeos y que voy mostrando en una web personal ExpoPhoto.org, he llegado a apreciar el gran poder de divulgación y conservación del patrimonio de la creación y gestión de Colecciones. Mis museos preferidos son los que aúnan grandes colecciones con espacios museísticos multidisciplinares con son Musée de Photographie de Charleroi (Bélgica) o Los museos de Fotografía de Winterthur (Suiza). ¿Estáis interesados en la parte museística en un centro estatal?

A.C .Disponer de una colección pública y estatal de fotografías es una aspiración contenida en el manifiesto, pero choca con la escasísima presencia de especialistas en el medio dentro de los museos. La tendencia en las últimas décadas en los museos y centros de arte es ir diluyendo progresivamente las disciplinas y abordar sus colecciones desde la óptica de un relato determinado. La paradoja es que la clasificación de las obras en esos centros sigue mostrándose en apartados que refieren a su disciplina. La ausencia de profesionales que conozcan la historia de la fotografía y el contexto nacional e internacional de los creadores contemporáneos complica las adquisiciones. Durante muchos años se ha estado comprando obra de artistas que utilizan la fotografía como medio y se ha desestimado, por mera ignorancia, a aquellos que han querido ser considerados como fotógrafos. No podemos eludir que la obra de muchos autores se creó antes de que los museos decidieran eliminar las disciplinas. Desde esa perspectiva se puede entender las enormes lagunas que existen en las colecciones públicas respecto a los fotógrafos. No hablamos de que esas adquisiciones se hicieran en su momento como hizo el MoMA en el primer tercio del siglo XX, en España ningún museo acometió ese trabajo, o lo hizo muy tarde y durante muy poco tiempo, como es el caso del Museo Reina Sofía. En el ámbito del arte, no se trata solo de conservar las obras con garantías (no dudo que el Reina Sofía lo hace en todos los géneros) sino de la categorización conceptual de dichas obras atendiendo al contexto histórico en que fueron creadas y a la voluntad de los autores para inscribirse en un determinado medio de creación. Ignorar esas adscripciones y limitar las fotografías a su función documental e ilustrativa de un determinado periodo de la sociedad, o a acompañar las retrospectivas de artistas con material visual adicional, deja fuera a buena parte de los grandes fotógrafos de este país. En mi opinión, no se puede mirar al pasado tratando de hacerlo coincidir con los presupuestos conceptuales del presente.

En el ámbito del arte, no se trata solo de conservar las obras con garantías, sino de la categorización conceptual de dichas obras atendiendo al contexto histórico en que fueron creadas y a la voluntad de los autores para inscribirse en un determinado medio de creación.

K.B. Y siguiendo con el tema de la Colección estatal, me consta que algunos  propietarios de colecciones privadas tienen dificultades para depositar sus fotografías en algún centro dónde se conserven y se muestren. Así lo expresó recientemente Lola Garrido en la exposición de su colección en Tabakalera en Donostia. ¿Crees interesante recoger este tipo de colecciones privadas al igual que se quiere hacer con los archivos privados de los fotógrafos?

Y por otro lado, ¿se podrían demandar las colecciones públicas a otros centros como el Reina Sofía que tiene una gran colección, heredera a su vez de la colección del Banesto, del Grupo AFAL, etc.?

A.C. Una buena parte de lo que ha sido la fotografía en España en los últimos setenta años figura en la colección del Reina Sofía gracias a donaciones privadas: la de la Editorial Lunwerg, perteneciente a la exposición Cuatro direcciones, la colección Banesto o la del grupo AFAL, recientemente donada por la familia Autric-Tamayo, por citar solo algunos ejemplos. Muchas de estas obras nunca habrían sido adquiridas por el museo a partir de los anteriores argumentos que antes he expuesto. La donación privada se ha convertido —al modo anglosajón— en una manera de completar lagunas en los museos públicos. Esto podría tener sentido también para la colección privada que citas o para la colección de fotografía española del Ayuntamiento de Alcobendas, una de las más importantes, que actualmente ha paralizado sus adquisiciones y no está clara su continuidad.

Probablemente el problema de los museos con la fotografía sea una cuestión de interlocución. Ese es un ámbito en el que la plataforma puede tener una función mediadora, consultiva o de otro orden. La creación de un Centro de fotografía e imagen tendría un buen acomodo en ese espacio desnaturalizado en el que viven las obras fotográficas. Siguiendo el modelo de Francia, por ejemplo, con la fusión de la Misión del Patrimonio y el Centro Nacional de la Fotografía que dio origen al Jeu de Paume, se podría visualizar la historia del medio en sus múltiples vínculos con la sociedad y, simultáneamente, analizar las mutaciones que ha experimentado la imagen en las últimas décadas, conviviendo con otros medios y abriéndose a las creaciones mestizas que están protagonizando la creación actual. Ampliar ese espectro en el que ha vivido la fotografía durante buena parte de los últimos 180 años no significa eliminar lo que no se sincronice con los postulados museísticos actuales; es más, el acceso a la totalidad del espectro es fundamental para entender los usos, la circulación y la recepción de las imágenes en la actualidad. En todo el mundo, las nuevas generaciones están utilizando masivamente las imágenes en sus obras. Es normal, conviven con ellas todo el tiempo. Lo paradójico, de nuevo, es que aquí se sigue considerando, en voz baja, a la fotografía como un anacronismo del siglo pasado.

Queremos colaborar con todos los niveles de educación en la imagen a los que podamos serles de utilidad.

K.B. En lo que respecta a las becas para formación y residencias, ¿pensáis coordinaros con escuelas y otros centros públicos que las crean?

A.C. Quienes hacemos buena parte de nuestro trabajo fuera de España, sabemos de la importancia que en otros países se ha otorgado a la educación en la imagen y el altísimo número de creadores que eligen la fotografía y los materiales visuales como medio de expresión. En la presentación de la plataforma en el Círculo de BBAA cité un informe de la Asociación de profesores que abogan por la creación de un grado de fotografía en las universidades españolas. Solo en el Reino Unido 79 universidades ofrecen diferentes grados de fotografía. En España no hay ni uno…

También en este sentido la plataforma puede servir como catalizador para sumar esfuerzos y plantear estructuras y currículos educativos acordes con las necesidades actuales. Queremos colaborar con todos los niveles de educación en la imagen a los que podamos serles de utilidad.

K.B. Realmente existe una gran actividad de lo fotográfico en España: asociaciones de aficionados, asociaciones de profesionales, escuelas, festivales de toda índole, este año mismo ha nacido el de Castilla y León por ejemplo, centros expositivos importantes que apuestan por difundir la fotografía, por ejemplo Fotocolectania y KBr de Mapfre en Barcelona, Sala Bárbara de Braganza de Mapfre en Madrid, Bombas Gens en Valencia, Centro  Andaluz de Fotografía en Almería, MUN en Pamplona, Sala Artegunea Kutxa de Donostia, Centro Nacional de Fotografía de Torrelavega, CDIS de Santander, Museo Cristina García Rodero de Puertollano, Museo de la Fotografía de Huete (Cuenca), Photomuseum de Zarautz, Museo Perez-Siquier en Olula del Río, Centro de Arte de Alcobendas, el CDAN de Huesca, etc. etc., además de galerías, escuelas, librerías, sedes de asociaciones, revistas, etc. que en mi opinión representan un panorama enorme y creciente, que contrasta con la visión un tanto pesimista de algunos. ¿Cómo tenéis pensado concitar las sinergias con todo lo que ya existe?

A.C. Queremos empezar de abajo a arriba. Contando con la red de centros ya existente, muchos de los cuales dependen del ministerio de cultura, y con centros de otros países con los que podamos establecer vías de colaboración. Por supuesto, contamos con las plataformas y las editoriales que están apostando por los fotolibros y los ensayos sobre el medio. Ese es un entramado con el que una buena parte de nosotros ya trabajamos habitualmente. Nuestra representatividad será mayor conforme más asociaciones y escuelas de todo tipo se adhieran al manifiesto. La vocación de nuestra plataforma es ofrecer una interlocución colectiva que represente a todo el sector, una figura que nunca ha existido; pero no pretendemos sustituir a las que ya funcionan en diferentes ámbitos.

K.B. ¿Por qué pensáis que tiene que ser un centro público? Teniendo en cuenta que muchas competencias de cultura las tienen las comunidades autónomas, ¿cómo se podría organizar un centro nacional?

A.C. Porque tanto el ministerio como las comunidades autónomas son entidades públicas. Nuestras propuestas pretenden generar redes de colaboración en varios niveles, que activen también la presencia de la cultura en zonas desatendidas y contribuyan a la creación de puestos de trabajo y formación de nuevas especialidades. Puede sonar un tanto utópico, pero la creación de centros de producción artística o de residencias para creadores, así como todo el trabajo que se ha activar para la restauración, digitalización, catalogación de archivos, etc. es un objetivo posible que puede ser asumido por las comunidades con el apoyo del ministerio. La colaboración con patrocinadores privados será algo que debemos discutir caso por caso. Efectivamente, muchos de los centros que existen en Europa disponen de financiación mixta, pero la mayoría tienen titularidad pública. Nos gusta el modelo europeo en el que el estado se responsabiliza de aquellos aspectos de la cultura que no son rentables para la empresa privada, garantizando la paridad de género y el acceso igualitario a la formación.

K.B. ¿Cuáles son los pasos más inminentes que tomará la Plataforma? ¿Qué tipo de colaboración esperáis de los fotógrafos, estudiantes de fotografía y de la sociedad en general?

A.C. Acabamos de empezar; los primeros pasos han de ir orientados a darnos a conocer y sumar adhesiones para poder formar parte de las mesas sectoriales que sirven de interlocutores con el ministerio de cultura. Paralelamente, trabajamos en la posibilidad de impulsar un grado de fotografía en las universidades. Todos nuestros objetivos precisan de mucho diálogo con todo tipo de entidades para lograr una colaboración con un alto grado de complicidad. Nos parece necesario escuchar ideas que podamos incorporar; todavía nos faltan recursos para atenderlas y estudiarlas como se merecen, pero estamos absolutamente abiertos a recibirlas y a acoger a quienes quieran aportar su colaboración.

La plataforma nació con el espíritu de crear un suelo estable para las nuevas generaciones. Necesitamos su apoyo y necesitamos que la participación de las mujeres se corresponda con su presencia mayoritaria en el mundo del arte. Son ellos y ellas quienes han de beneficiarse de los objetivos del Manifiesto y es muy importante que participen desde un primer momento en la gestión y el desarrollo de esos objetivos.

Todos los interesados en firmar el manifiesto pro Centro de Fotografía e Imagen: https://sites.google.com/view/centrodefotografiaeimagen

Madrid junio 2021

Koldo Badillo

ExpoPhoto.org

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