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Salvaje es el viento. Exposición de Jesus Sanchez.

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El pasado 1 de Agosto, estuvimos en la presentación del libro del fotógrafo santanderino Jesús Sanchez. El libro y la exposición que se puede ver en la Librería Gil de la Plaza Pombo de Santander, hasta el próximo día 31 de Agosto, relata el camino personal del autor. Un recorrido emocionalmente difícil que ha quedado plasmado en una magnifica publicación, editada por Océano Gráfico con Mer Guebara como editora del mismo.

Nos toca de cerca, ya que conocemos muy bien la trayectoria de nuestro buen amigo Jesús. Os queremos invitar a todos/as para que os acerquéis a Santander y podáis disfrutar de la Exposición y » si queda algún ejemplar » poder llevaros este cuaderno de viaje intimo, que tan bien refleja lo vivido por el autor.

LIBRERÍA GIL

Plaza Pombo, Santander

Horario:

Lunes a Viernes

9:00 -13:30 h
16:15 – 19:30 h

Como llegar

» Salvaje es el tiempo » de Jesus Sanchez.

A veces es un leve soplo de aire que nos refresca, que agita  las copas de los árboles, que sostiene a los pájaros o juguetea con bolsas de plástico o papeles. En otras ocasiones es un vendaval que quiebra la calma de todo lo que vemos y empuja a los contenedores  que se deslizan como torpes patinadores por la carretera. Puede tener la fuerza de un huracán o la delicadeza de una brisa veraniega en una playa. De igual manera, salvaje es el viento. Salvaje es el viento cuando nos parece inofensivo y abrimos los brazos para entregarnos a él. Salvaje es el viento cuando lo tememos y debemos ocultarnos para poder contemplarlo. El viento es salvaje porque no está domesticado, porque es incontrolable. Salvaje es el viento cuando es apenas perceptible. Salvaje es el viento cuando sopla feroz. Salvaje es el viento porque no nos obedece, porque es bello y es libre cuando nos acaricia pero cuando nos golpea también.

La mirada de Jesús Sánchez, como el viento, es salvaje, porque a nadie obedece que no sea a su dueño. Y ni siquiera a él, que más que dirigirla se deja guiar por ella. Jesús Sánchez sale a caminar o se va al trabajo o queda con unos amigos y es como si su mirada se fuera con él de paseo. En realidad, es como si fuese su mirada la que lleva a Jesús de la mano y le fuera enseñando cosas: texturas, líneas, luces, secretos escondidos en lo cotidiano. Su mirada es salvaje  porque es fuerte y delicada al mismo tiempo. Tenemos noticia de lo que Jesús mira por las huellas que sus fotografías nos van dejando, un rastro que forma itinerarios enigmáticos: reflejos, lluvia en los cristales, vapor, gente que se oculta, personas que son sombras, ventanas desde las que mira, espacios iluminados en medio de la noche a los que nos asoma, cielos a punto de caer sobre nuestras cabezas, tendidos eléctricos y una y otra vez la luz melancólica, como diciendo adiós, de los atardeceres.

Detrás de cada fotografía suya hay una pregunta y un misterio: ¿Qué mira ese perro? ¿Quién se oculta tras la bandera roja? ¿Y bajo el paraguas? ¿De quién es esa silueta al otro lado del cristal? ¿Quién ha encendido la luz? ¿La planta está dentro o fuera? ¿Qué es lo que estoy viendo? ¿Qué día es el que termina? ¿En dónde? Las preguntas no tienen respuesta y eso llena de tensión a unas fotografías que, precisamente por ello, pueden ser miradas muchas veces, porque cuando uno no encuentra las respuestas vuelve una y otra vez al origen del enigma para tratar de descifrarlo. Las fotografías de Jesús Sánchez son así: salvajes y ciertas y  borrosas, son una despedida y una celebración y son un misterio que ni el propio Jesús Sánchez puede desvelar.

Imagenes de Jesus Sanchez: Salvaje es el tiempo.

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