» El fotógrafo no tiene una clase social concreta que lo acoja. No es ni un obrero ni un empresario, ni un finolis ni un granuja, pero es capaz de desempeñar cualquiera de estos papeles y muchos más. Para mí, el fotógrafo practica siempre el transfuguismo social «.
© Xavier Miserachs
© Xavier Miserachs
Tras la visita a la exposición itinerante The Family of Man, del Museum of Modern Art de Nueva York de 1955, Xavier Miserachs se reafirma en su vocación y descubre que la fotografía humanista también sirve para «contar, comunicar, explicar, aumentar el conocimiento de los otros a través de la experiencia propia».
Esta experiencia le lleva a publicar en 1964, con tan solo 27 años pero una dilatada trayectoria profesional, su más importante trabajo, el libro Barcelona, blanco y negro.
Este proyecto tiene un referente inequívoco en el trabajo de William Klein, al que admira por su «originalísima forma de sugerir las ciudades centrando la atención en los signos que suministran sus gentes y espacios», y en Los Americanos de Robert Frank.
En este fotolibro de casi 400 imágenes, Miserachs nos muestra Barcelona a través de sus habitantes, imágenes del día a día de una ciudad en crecimiento; huyendo de lo tópico y de lo típico hace un retrato en el que la arquitectura es el escenario perfecto para la improvisación de sus actores.