Blackkamera. Los primeros diez años
La escuela de fotografía Blackkamera cumple diez años. Josu Zaldibar, creador del proyecto y profesor y director de la misma, hace repaso en esta entrevista de todo lo acontecido en este tiempo, de cómo la escuela ha sabido ir asentándose en unos tiempos particularmente convulsos y reflexiona sobre el presente y futuro de una disciplina siempre en constante evolución como la fotografía.
Dentro de las actividades previstas por la Escuela de fotografía Blackkamera de cara a la celebración de su X aniversario, se realizará la Blackfesta.
DIA 4 DE NOVIEMBRE
HORA 22.00
PENGUIN BAR
GREGORIO DE LA REVILLA, 8 BILBAO
BILBAO
Blackkamera cumple 10 años. Como creador del proyecto y director de la escuela, ¿intuías algo de todo lo que ha sucedido en todo este tiempo?
Ha sido un proceso abierto que ha culminado este año con el decimo aniversario. Creemos que en todo este tiempo han existido grandes dosis de motivación en cada una de las decisiones que hemos tomado, algunas de ellas muy arriesgadas y que nos ha llevado a conformar uno de los principales valores de este proyecto, nuestro alumnado del cual estamos tremendamente orgullosos/as.
Echando la vista atrás y recordando todas las experiencias vividas y el alumnado que ha participado en los cursos, talleres, los viajes, … toda la gente que hemos podido conocer, ni en nuestros mejores sueños habríamos pensado en tener el proyecto que tenemos.
En estos tiempos han pasado varios cientos de alumnos por aquí, ¿existe un arquetipo claro del alumno que se matricula en Blackkamera? ¿Qué busca principalmente?
Tenemos contabilizados, entre todas las actividades que hemos realizado en estos años, incluyendo también a los alumnos que damos clase en la Universidad, cerca de cuatro mil estudiantes que han pasado por Blackkamera. La mayoría de la gente viene con ánimo de vivir una experiencia a nivel amateur. Hay otra parte, que pretende adentrarse en el mundo de la fotografía de forma profesional. Para estos/as últimos/as hemos diseñado una propuesta formativa que cubre las necesidades de quien busca adentrarse en el mundo de la fotografía como una carrera de futuro. Tenemos alumnado del que nos sentimos profundamente orgullosos/as, que han publicado fotolibros, realizado exposiciones y que trabajan profesionalmente en el sector de la imagen con proyectos pujantes y nos marcan el camino del Centro.
¿Es Blackkamera una escuela apropiada para quien busque en la fotografía una salida profesional? ¿Es posible aprender el oficio a quien busque en la fotografía una salida profesional?
Creo que, sobre todo con la propuesta de los últimos tres años, en la que se ha incluido la oferta el Master de proyectos fotográficos o el bianual de Fotoperiodismo y nuevos documentalismos junto con un curso universitario que acabamos de estrenar en colaboración con la Universidad vallisoletana Miguel de Cervantes, alguien que quiera dedicarse a nivel profesional lo puede hacer tras pasar por Blackkamera. La estrategia troncal está clara y definida en este proyecto. Aprendizaje con los mejores profesionales, unas grandes dosis de realismo y sobre todo mucho trabajo. Con estos ingredientes es posible construir una carrera en el plano profesional y aquí la Escuela tiene mucho que ofrecer.
Lua Ribeira, Rafa Badia, Nick Turpin, Ixone Sádaba, Gueorgui Pinkhassov, Tino Soriano, David Hornback, Gloria Oyarzabal, Lorena Ros, Asier Gomez, Erika Ede… la lista de docentes que han colaborado y colaboran con Blackkamera genera asombro y cierta envidia entre aficionados de ciudades, a priori, más dinámicas culturalmente que Bilbao, ¿cómo se consigue reunir semejante plantel?
Creo que en fotografía, como en otras facetas de la vida, es el tiempo y el trabajo el que te acaba dando una imagen que permite que profesionales de todo el mundo acepten la invitación que hacemos anualmente a infinidad de artistas de talla estatal e internacional. Además de quienes han pasado por la Escuela a dar talleres, cursos o conferencias, hay que sumar a la nómina de autores/as que han aceptado la invitación del Basquedokfestival, evento que celebramos desde 2018 en colaboración con la Universidad del País Vasco.
A veces pensamos que contactar a estas personas puede ser complicado, pero en general, son profesionales accesibles y salvo casos puntuales, por motivos de trabajo, la respuesta siempre ha sido muy positiva.
Pensamos que el modelo es ofrecer una imagen de seriedad y honestidad siendo conscientes de nuestras limitaciones. Esto ha sido un aval para poder llamar a la puerta de grandes autores y autoras como por ejemplo, Stuart Franklin o Gueorgui Pinkhassov, ambos de la Agencia Magnum, quienes impartieron talleres organizados por Blackkamera y a los que vinieron asistentes de medio planeta.
Una vez establecido un canal de comunicación, la relación siempre ha sido cordial y varios de ellos han repetido experiencia con nuestro proyecto.
Un comentario recurrente entre los alumnos que han pasado por la escuela es el de que en los grupos de cada clase no se deja a nadie atrás, ¿Cuál es la prioridad en la escuela? ¿Se busca la excelencia entre el alumnado o se trata más de que nadie quede rezagado en lo que se pretende que se aprenda?
Creo que no importa solamente que el trabajo fotográfico de una persona tenga una proyección importante y que su trabajo sea sobresaliente, de esos ha habido varios en la escuela. Esa es una parte del proceso, pero que ha de ser compatible con el hecho de pertenecer a un colectivo mayor como son los grupos de cada curso y en los que se aprenden otro tipo de habilidades que tienen más que ver con la empatía, el crecimiento personal, el aprendizaje colectivo, la asertividad, la crítica constructiva etc. Eso es algo que aquí hemos cuidado mucho.
Blackkamera surgió en 2012, un año lleno de incertidumbres por la profunda crisis económica de aquel entonces. Ahora, cumplidos los primeros 10 años, apenas empezamos a salir de otra crisis global por una pandemia que ha trastocado prácticamente todo. Esta última etapa, ¿se ha visto como una oportunidad o se ha optado por un plan de acción conservador con vistas a que vengan tiempos mejores?
Desde los inicios de Blackkamera, con sus primeras clases en la SPRI de Barakaldo, con la llegada a Bilbao. Con su primer centro compartido en Alameda Mazarredo, hasta la ubicación actual con un espacio propio, la Escuela ha tenido la clara intención de ser un proyecto orgánico, que ha ido creciendo poco a poco sin perder de vista el sentido de la realidad e invirtiendo grandes dosis de sentido común. Progresivamente, se han ido añadiendo otros profesores como Rafa Badia, David Hornback, Ixone Sádaba, Erika Ede, Adrian del Hierro, Fabro Tranchida, Asier Gomez, Jon Rodriguez, etc.. hasta ampliar una nomina de profesionales impecable. Siempre nos hemos movido en aguas revueltas, aunque sí puedo decir que hemos salido reforzados de cada una de las situaciones complicadas a las que hemos tenido que hacer frente. Salvo el tema del festival, un evento presencial que por circunstancias de la pandemia no ha sido posible organizar en los últimos dos años, la escuela ha ido avanzando y asentándose en cada paso que ha dado.
Hemos ofrecido un claro compromiso con nuestro alumnado, en especial en momentos tan complicados como fue el tema del confinamiento, poniendo todo lo que estuvo en nuestra mano para que hubiera una continuidad de los cursos programados. Fue entonces cuando se hizo la nueva página web, se inició la revista Kamera Magazine, cuyo último número tienes ahora en las manos y hemos visto una gran respuesta por parte de todo el alumnado, lo que nos anima a continuar en los próximos años por el mismo camino.
En estos 10 años la fotografía, una disciplina de menos de 200 años y siempre en evolución, ha sufrido un proceso de aceleración provocado por tendencias como la fotografía móvil, profusión de redes sociales basada en imagen y vídeo, resurge también la fotografía analógica en un ejercicio de nostalgia, llega la fotografía computacional, realidad aumentada, realidad virtual… son tendencias que se van incorporando a la fotografía de manera muy rápida, ¿La escuela trata de amoldarse a cada tendencia dentro de la fotografía o prefiere incidir en los grandes principios del lenguaje fotográfico más allá de las innovaciones tecnológicas relacionadas con la imagen?
Son asuntos que están sobre la mesa y que se empezarán a abordar una vez pasado este décimo aniversario. La fotografía es una disciplina artística joven comparada con otras artes como la pintura o la escultura. En estos últimos 180 años de historia hemos visto crecer y consolidarse a la fotografía como una respuesta artística a necesidades vitales como la comunicación de ideas, pensamientos, etc… que permite vislumbrar a la misma como una disciplina artística con un futuro prometedor. Ahora vemos como se han desarrollado nuevas visiones que no vienen a desterrar las anteriores sino a sumar, son cambios a los que la escuela no puede mirar hacia otro lado. No podemos basar la enseñanza vinculada únicamente a ese tronco clásico, ya que hoy en día hay diferentes formas de abordar la narrativa en fotografía y es ahí donde la escuela en los próximos dos, tres años, se la va a jugar. En la medida que veamos que es posible para el centro aceptar y asumir estos nuevos retos que se están produciendo se reformularán los estudios que se impartirán en Blackkamera.
Sin dejar de lado lo que sería la enseñanza troncal, habrá nuevas asignaturas que dotarán a la escuela de una nueva estructura y filosofía metodológica.
Una de las actividades estrella de la escuela tiene lugar fuera de la propia escuela, y que es viajar a diferentes ciudades europeas con un grupo de alumnos, ¿podrías contarnos de qué trata este proyecto?
El proyecto nació en 2016 con un primer viaje a Ámsterdam. De esta primera experiencia hemos visitado posteriormente varias ciudades europeas hasta llegar a la cifra de 15, en 7 años. Lugares como Londres, Palermo, Lisboa, Praga, Sevilla, Atenas, Oporto, Roma, París, etc … y aún nos queda por visitar ciudades como Berlin o Estambul. Si bien la idea comenzó como un ejercicio de fotografía en el espacio público, según han ido realizándose los viajes, cada uno/a de los/as artistas que han participado han evolucionado con una lectura propia, con inquietudes diferentes, expandiendo los límites de la fotografía. Si bien no es un grupo cerrado, estamos casi en el límite de gente que puede viajar por cuestiones de aforo. Vista la demanda, se ha creado un nuevo proyecto llamado Mare Nostrum, que llevará a cabo talleres de fotografía en varias ciudades del mediterráneo.
Llevar la dirección de la escuela, impartir varios cursos tanto en Blackkamera como en la Universidad del País Vasco, organizar talleres, conferencias, eventos… ¿Queda algo de tiempo para dedicarlo a algún proyecto fotográfico personal?
Sí, he de decir que no me importaría que la dirección de la escuela la llevara otra persona para poder dedicarme en cuerpo y alma a los proyectos abiertos que tengo. No descarto que esas tareas de dirección cambien a medio plazo. En lo referente a la fotografía, sí es cierto que el mayor esfuerzo ha sido en lo referente a la enseñanza y actualización de los contenidos de esta, además de todo el trabajo de gestión y promoción del proyecto Blackkamera.
Sobre mis proyectos personales. Tengo miles de fotografías sin editar durante estos últimos años. En este labor de selección de los diferentes proyectos realizados voy de la mano de mi compañera, quien es la que mejor conoce todo el trabajo realizado. No concibo dar clase o explicar qué es la fotografía sin que la misma forme parte de mi ADN. Una vez pasada la pandemia y consolidados estos nuevos proyectos que la Escuela ha construido, mi intención es dejar también un espacio para dar salida a años de trabajo como autor.