ENTREVISTA A CRISTÓBAL HARA CON MOTIVO DE SU VISITA A BASQUEDOKFESTIVAL 2019
«El futuro de la fotografía documental lo veo muy negro»
Buenos días señor Hara,
-Usted vivió en muchos países antes de afincarse definitivamente en España. Su estilo tan característico se fragua a mediados de los 80 cuando comienza a experimentar con el color. Le hemos escuchado, en anteriores entrevistas, que usted buscaba hacer ‘fotografía española’ tanto en el contenido como en la técnica, que España venía de una dictadura que había dejado un país acomplejado en el que todo lo que venía de fuera era bueno por el mero hecho de ser externo. ¿Qué ha cambiado entre la España que usted comenzó a fotografiar hace casi cuatro décadas y la actual?
Llevo ya tanto tiempo viviendo y trabajando en España que me cuesta ver el país desde fuera. Pero no hay duda de que ha cambiado muchísimo, y generalmente para bien: derechos ciudadanos, organización y eficiencia de instituciones públicas, comunicaciones y transportes (aunque veo que a Bilbao es todavía difícil llegar en tren…).
Pero España ha perdido personalidad, se intenta copiar la imagen de la gente que aparece en las películas americanas y eso para un fotógrafo es un problema, aunque también lo intento usar como tema. La gran diversidad de culturas que conviven en España nos defiende un poco de esta homogeneización general; las distintas partes de España son muy diversas. Vengo poco a Euskadi, pero viajo mucho a Galicia y sigue siendo como viajar a otro país…
-La llegada del mundo digital cambió para siempre a los medios de comunicación tradicionales, empezando por su modelo de negocio y acabando por afectar dicho cambio al producto final, con un claro impacto negativo también en el fotoperiodismo. Hoy en día son muchas las noticias, eventos o incluso reportajes que se documentan con fotografías de usuarios sin experiencia, respondiendo a las urgencias que marcan la velocidad de las redes sociales e, incluso, en alguna ocasión argumentando la “frescura” que pueden aportar dichas imágenes amateurs. ¿Ha traído el mundo digital una nueva era en la fotografía documental o no podríamos considerar dichas imágenes como parte del fotoperiodismo?
Fotoperiodismo es informar a través de fotografías. Antiguamente eran sólo los fotógrafos profesionales los que tenían el acceso y los medios técnicos para suministrar las imágenes; esa exclusividad se ha perdido y cuando, a todas horas, todo el mundo tiene una cámara en el bolsillo, el sentido de acceso también ha cambiado; las imágenes más icónicas de la guerra de Iraq son las tomadas por los guardianes en la prisión de Abu-Ghraib. En Siria, por desgracia, parece que serán las de los degollamientos, tomadas por el propio Isis, y utilizadas como propaganda. No es cuestión de si las ha tomado un profesional o un amateur, es cuestión de cuales se recordarán y definirán el acontecimiento. Lo de la “frescura” sí me parece un gran problema al que se enfrenta el fotoperiodismo de primera linea: las agencias establecen tantas normas, filtros y criterios que encorsetan el talento de los fotógrafos. Pero hace ya muchos años que trabajo alejado del fotoperiodismo, no soy un experto.
-Escuchaba ayer a Antonio Muñoz Molina en televisión decir que el oficio de escritor no es una simple elección profesional o una afición, sino que él consideraba que es una manera de vivir, que requiere una entrega absoluta, requiere vivir como escritor. Usted se ha entregado en cuerpo y alma a la fotografía, la ha puesto por encima de cualquier interés profesional que le pudiera aportar mayor o menor estabilidad económica… ¿cómo llega uno a sentir esa llamada interior? ¿es la ambición por ser cada vez mejor profesional? ¿por dignificar y respetar una profesión que ama? ¿o es una necesidad que tiene uno de expresarse a través de dicho medio?
La vocación es una llamada irracional. En mi caso es mezcla de las cosas que mencionas. Soy muy ambicioso en lo que concierne a las imágenes y sí, me rebelo cuando maltratan mi profesión, eso es normal. En cuanto a la necesidad de expresarme por medio de la fotografía, la verdad es que no lo sé, simplemente me gusta solucionar los retos que me plantea.
-Usted ha expuesto en algunas de las mejores galerías y museos de Europa y Estados Unidos, ha recibido premios importantísimos en el sector de la fotografía, es usted considerado una referencia capital dentro de la fotografía documental, aunque nos consta que no se encuentra cómodo entre tanto halago. Después de haber recibido tanto reconocimiento, ¿qué supone para usted recibir el premio BasqueDok Sariak del BasqueDokFestival y venir a Bilbao a recibirlo y a encontrarse con nuevas generaciones que agotaron las plazas para su taller en tan sólo hora y media?
No me siento cómodo con tanto halago porque las cosas no son tan exageradas como las expones: he vivido en varios países y por eso tengo imágenes en varios museos, por distintas circunstancias, pero no es gran cosa. Nunca me he preocupado por “hacer carrera” las cosas han ido surgiendo por casualidad. Tampoco tengo premios tan importantes, no es para tanto. Fuera de España, aparte de los círculos de la “Street Photography” soy poco conocido. No me considero un verdadero “fotógrafo de calle”, pero Joel Meyerowitz vió mi libro Vanitas y me incluyó en su libro de referencia Bystander, por eso me llaman cada vez que hacen alguna antología sobre la fotografía de calle. Últimamente, en España, me han puesto de moda entre los fotógrafos jóvenes; eso ha sido una sorpresa muy agradable, pero ya sabes lo que pasa con las modas… lo que te digo no es falsa modestia, es la realidad.
En cuanto a recibir el premio BasqueDok Sariak, pues me sorprende y me siento honrado; la anterior ganadora fue Susan Meiselas y me parece una fotógrafa estupenda. Me gusta que sea en Bilbao, en un entorno de fotógrafos. Espero que no me arméis mucho lío; a mí me gusta la fotografía, pero no estoy muy cómodo con el cha,cha,chá que la rodea.
-El color es una de las señas de identidad de la parte más popular e icónica de su obra. ¿De qué color es el futuro de la fotografía documental? ¿Cómo la percibe usted dentro de unos años?
El futuro de la fotografía documental lo veo muy negro. Mis amigas y amigos que trabajaban en medios locales o cubrían provincias para periódicos nacionales ha perdido su trabajo. Todos los fotógrafos documentales que conozco en España viven básicamente de dar clases o talleres. Me temo que el futuro va en ese sentido. Pero pase lo que pase, nadie puede evitar que hagamos buenas fotos. Las buenas imágenes ya se encargarán de encontrar su espacio. En este contexto me gustaría compartir una buena noticia: A sus 89 años Carlos Pérez Siquier ha podido publicar la secuencia completa de sus fotografías de playa (1972 – 80), un trabajo muy adelantado a su tiempo y que sigue siendo moderno. Si Carlos hubiera sido norteamericano, este trabajo ya se habría expuesto y publicado, hace años, en el MOMA o en otro gran museo; siendo español se ha impreso en la imprenta local del pueblo de Olula del Río, Almería. Pero ahí está el libro; nadie puede parar a la buena fotografía.
Muchas gracias por su tiempo y hasta pronto.
Cristóbal Hara recibirá el BasqueDok Sariak el domingo 23 de junio a las 12:30 horas y posteriormente ofrecerá una conferencia.
También impartirá un taller los días sábado 22 y domingo 23 de junio y cuyas entradas se agotaron en 90 minutos tras ponerse a la venta.
www.basquedokfestival.com
info@basquedokfestival.com
La entrevista fue realizada la semana del 20 de mayo por el propio Gabinete de Comunicación del festival. No obstante, se puede reproducir en medios de comunicación de manera integra o parcial sin la obligatoriedad de mencionar este dato, aunque, naturalmente, contextualizándola dentro de su visita al BasqueDokFestival 2019 y la entrega del BasqueDok Sariak 2019 a Cristóbal Hara.