ALBERTO GARCÍA-ALIX
Por Gotzon Galarza
Alumno del Curso Avanzado de Fotografía de Blackkamera
Hay muchas razones por las que podría elegir a Alberto García-Alix para completar mi aportación a Hitzak eta Argazkiak.
Este leonés, además de haber sido Premio Nacional de fotografía, es un referente internacional que ha expuesto en salas, galerías y museos de diferentes continentes. Sin embargo, por encima de todo eso, la razón por la que escribo sobre Alberto es él mismo, la persona.
Alberto García-Alix. Autorretrato 2010 © Alberto García-Alix.
Alberto García-Alix. Autorretrato. Mi lado femenino, 2002 © Alberto García-Alix
Ya hemos oído muchas veces que la fotografía dice tanto o más del fotógrafo que del motivo fotografiado, pero esto en el caso de García-Alix va un paso más allá. Son sus imágenes las que le ayudan a encontrarse, a conocerse, por eso el motivo que fotografía le tiene que emocionar, le tiene que provocar. Así nos explicaba su relación íntima con la fotografía, que ya dura más de cuatro décadas.
Cuando empezaba, le noqueó una exposición de August Sander, como él dice, no por el poder de la imagen, si no por la poesía de la imagen. Desde entonces, mirar se convierte en algo apasionante para él. Aunque le dicen que se dedique a otra cosa, porque no valía para esto de la fotografía, él persevera. Mira su vida, y registra lo que mira, dando como resultado imágenes densas, intensas, que de alguna manera se relacionan con él emocionalmente.
Lleva una vida de trotamundos, de largas noches de excesos. No se calla al hablar de su relación con las drogas, de las que ya está alejado. Nos contó historias de jeringuillas, de sangre en la pared tras un chute, de encuentros con artistas, con músicos y actores, de salidas y entradas.