Slim Aarons, o cómo vivir siempre en un eterno verano.
Por Lorena Aviñon, alumna del Curso Medio de Blackkamera
Ha llegado enero y aunque esta vez hemos disfrutado de unos increíbles días de sol navideños, totalmente alejados de la estación invernal, es cierto que nos resignamos a que vuelva la lluvia, el frío y la nieve.
Es irremediable pensar en las próximas temporadas que están por llegar, con su luz, el cielo azul y las tardes de viento sur. Esa brisa que nos anima a salir al exterior y que nos eleva la energía, la motivación, el buen humor y hasta nos cambia la cara.
Por esta razón recrearme la vista con la famosa “Poolside Gossip” de Slim Aarons es una especie de terapia para revivir el buen tiempo en la cabeza y así disfrutar de esa felicidad que solo el astro rey sabe regalarnos.
Aunque confieso que básicamente se resume en recrear las futuras vacaciones estivales.
Y ya que estoy fantaseando con ellas, que sean unas idílicas al más estilo dolce vita como las que Aarons captaba; hoteles boutique de lujo con bares y terrazas de lo más exclusivos, villas con atmósfera riviera, resorts con playas privadas de arena blanca y esas increíbles piscinas de agua transparente de horizontes casi infinitos. Todo esto regado con un mezcla cromáticamente diseñada para causar esa sensación de plenitud analógica: azul y contrastes cálidos. Una mezcla entre nostalgia y deseo sencillamente cautivadora.
Así que con todo este maravilloso combo visual es imposible no soñar despierta y así huir de la vorágine actual al idealizar una futura temporada de descanso alejada de este frenesí de incertidumbre. Al menos este tipo de viaje es gratis.
Aunque cabe mencionar que este artista también capturaba con su objetivo pistas nevadas en Aspen, yo que necesito una buena dosis de vitamina D, escojo de su colección fotográfica la opción de trasladarme a California, donde siempre brilla lorenzo y se puede disfrutar del placer de no hacer nada.
Eso sí, mis días los pienso disfrutar deleitándome en una de las tumbonas de la impresionante mansión del señor Kaufmann. Una copa, por favor.
Biografía
George Allen Aarons, más conocido como Slim Aarons, nació en 1916 en Nueva York aunque su infancia la vivió en una granja con sus abuelos, alejado durante bastantes años de la ciudad.
Su cautivadora forma de ser, carisma, físico y por supuesto su buen ojo, le ayudó a hacerse un hueco importante como fotógrafo entre la alta sociedad americana y europea de la época dorada de los años 50 y 60.
Antes de ello trabajó como fotógrafo de combate en la Segunda Guerra Mundial. Esta dura experiencia donde tenía que captar momentos realmente dramáticos le hizo replantearse su futuro profesional y dedicarse a algo menos trascendente.
Trabajó para las mejores revistas de la época como Harper’s Bazaar, Vogue, Life y Travel & Leisure entre otras. Esto le abrió camino para codearse con las personas más famosas e influyentes del panorama del momento y así obtener contactos entre la jet set, donde era invitado a las más exclusivas fiestas. Una vez allí comenzó a fotografiarlas.
Su trabajo gustó tanto que no tardó en despegar su carrera. No había persona que se resistiera al disparo del encantador Slim Aarons, convirtiéndose en el fotógrafo por excelencia de las celebridades.
De esta forma definió su trabajo como “fotografiar a personas atractivas haciendo cosas atractivas en lugares atractivos”.
Como curiosidad: la mayor parte de su trabajo lo hacía con una Leica, y a veces con una Nikon, pero el verdadero secreto de sus tonos pasteles y saturación era usar película Kodachrome. Además se comenta que como mucho solo contaba con un asistente para que el público se sintiera más cómodo a la hora de posar.
Slim Aarons falleció a los 89 años de edad, dejándonos un impresionante legado visual para que observándolo, y por supuesto disfrutándolo, podamos vivir en un eterno verano.