Obra
Cuatro períodos
Podemos considerar la obra fotográfica de Stieglitz comprendida aproximadamente en cuatro periodos. En el primero se incluyen las fotografías que hizo siendo estudiante en Alemania. El segundo abarca el trabajo realizado en Nueva York, ya de vuelta en Estados Unidos, en torno a 1890; más los negativos obtenidos en sus frecuentes nuevas visitas a Europa y los realizados en la galería del 291 y en Lake George, hasta 1917. Luego vinieron unos años de una actividad fotográfica muy concentrada que, empezando en 1918, se prolongó hasta el final de los años veinte. Finalmente, en el último periodo se agrupan los trabajos de los últimos años, hasta que la enfermedad le impidió a Stieglitz seguir haciendo fotografía.
Primeros años
Consolidación de su prestigio
Al observar las primeras copias de Stieglitz, hay algo que inmediatamente llama nuestra atención: su gran cariño, su simpatía por el mundo que le rodea, y que halla una expresión adecuada en la plasticidad y resplandor de las copias que realiza.
Alfred compró su primera cámara fotográfica en esa época, con 18 o 19 años, y no se lo pensó dos veces: la agarró y se fue de viaje por Europa Central. No solo recorrió Alemania, sino también Italia y los Países Bajos; aprovechando todas las oportunidades que se le presentaron para retratar a los campesinos con los que se tropezó y para practicar fotografía de paisajes.
Poco después, cuando tenía 20 años, su vida dio un nuevo giro: sus padres decidieron regresar a Estados Unidos.
Alfred consideró que debía continuar formándose en Europa, así que decidió quedarse en Alemania; aprovechando la ocasión para empezar a dar forma a una colección muy respetable de libros de fotografía que devoró durante la década de los 80 del siglo XIX.
La lectura de aquellos libros y su conocimiento creciente de los fotógrafos más destacados de la época provocaron que se fuese formando en el interior de Stieglitz la concepción de la fotografía como un arte con una capacidad expresiva equiparable a la de la pintura, la música o la escultura.
Así en 1887 escribió su primer artículo para la revista The Amateur Photographer, iniciando así una colaboración habitual con varias revistas de fotografía alemanas e inglesas.
Logró ganar varios premios de fotografía con esta publicación, por lo que su nombre empezó a sonar con cierta fuerza en los círculos fotográficos europeos.