OLIVIERO TOSCANI: LE LLAMABAN EL PROVOCADOR
Por Pasquale Forenza
Alumno del Curso Avanzado de Fotografía Blackkamera
“Cualquier imagen tiene que ser publicada porque nadie puede arrogarse el derecho de decidir si los demás puedan verla o no(…) Una imagen nunca es impactante, lo que es impactante es la realidad que nos rodea.”
Palabras de Oliviero Toscani, que ha hecho de las fotos impactantes su sello de identidad.
Nacido en 1942 en Milán, hijo de un foto periodista del periódico más famoso de Italia “Il Corriere della Sera”, comenzó desde muy joven a tomar fotografías con su primera cámara “Rondine”.
Se graduó con 20 años en la Academia de fotografía Suiza Kunstgewerbeschul en Zurich.
Sus primeros trabajos fueron reportajes que evidenciaron algunas características de su generación a través de retratos de personajes y moda de aquel periodo; estuvo en primera linea con su cámara para captar los avenimientos, las tendencias y los gustos de la época que estaba viviendo. Su trabajo no pasa desapercibido y su nombre adquiere importancia internacional, con revistas como Vogue, Elle y Harper’s que tocan a su puerta para ficharlo en sus filas.
Empieza a trabajar en el mundo publicitario obteniendo mucho éxito con las colaboraciones con Esprit, Valentino, Channel, Fiorucci y Prenatal.
A partir del 1982 y durante 20 años Oliviero Toscani une su nombre a la empresa Benetton, transformándola en una de las marcas más conocidas a nivel mundial. Y con Benetton deja una huella imborrable.
Son famosas sus campañas contra el SIDA, la anorexia, el racismo o los refugiados, hasta la obra que marca el fin de la relación con la casa de moda: Sentenced to Death (Condenados a Muerte). Toscani pasó dos años en los brazos de la muerte de las cárceles de EE.UU. sacando retratos de los condenados hasta que el estado de Missouri lo acusó de falsedad fraudulenta porque, al pedir los permisos para fotografiar a los condenados, no había especificado que era para hacer publicidad a una casa de moda. La polémica se hizo mas fuerte cuando los centros comerciales decidieron boicotear a la marca, hasta que el señor Benetton decidió donar 50.000 $ a una asociación de familiares de víctimas de condenados a muerte. Toscani no se tomó nada bien la decisión porque pensaba que sus fotos eran en contra a la pena de muerte y no en contra de las familias de las víctimas.
En los primeros años del siglo XXI pasa a ocuparse de otro medio de comunicación vinculado con internet. Toscani opina que al día de hoy la adicción a las tecnologías es parecida a la adicción a la heroína, por su consecuencia de volver tontos a quienes se enganchan.
En los últimos años ha lanzado su proyecto La Razza Umana (La Raza Humana), ha hablado del bullying y ha preparado una exposición sobre su carrera profesional: “Più di 50 anni di magnifici fallimenti” (Más de 50 años de magníficos fracasos), evidentemente incluso el propio lema invita a la provocación.
Hablamos de un provocador consumando, Oliviero Toscani.
Fuentes consultadas: