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Iñaki Mendizabal. Anhelos poéticos.

Entrevista de la Escuela de Fotografía Documental Blackkamera a Iñaki Mendizabal.

Por David Tijero Osorio, colaborador de Blackkamera.

Iñaki Mendizabal (autorretrato)

© Iñaki Mendizabal / Autorretrato

El periodista Iñaki Mendizabal acaba de publicar el libro de fotografía BOX, un proyecto muy personal, compuesto de poderosas imágenes que se sustentan en ambientes boxísticos. Hemos hablado con el autor sobre este trabajo, reflexionando acerca de la dificultad de dotar de cierto halo poético a las imágenes.

¿Cuándo decidiste que la imagen iba a ser la herramienta que utilizarías para expresarte?

No hay decisión ninguna, todo surge de un modo natural. Me expreso de muchas formas, y la fotografía es uno de mis medios de expresión, quizá el que más me gusta. Pero también está la palabra. Lo que ocurre es que con la fotografía me cuesta mucho mentir. Durante años he  sacado fotografías, pero no de un modo consciente, porque la fotografía ha sido una herramienta complementaria en mi trabajo de  periodista, hasta que caí en la cuenta de que la fotografía era otra forma de expresión, que, además, ofrecía muchísimas posibilidades. Esto sucedió hace unos seis o siete años; digamos que tomé conciencia de la imagen, que me activé, y pasé de sacar fotografías a realizar imágenes, que no es lo mismo. Y sucedió de una forma natural: en el gimnasio empecé a hacer fotos temáticas para promocionar las veladas que se organizaban entonces, pero pronto me di cuenta que podía utilizar el boxeo para sugerir otras cosas, que también tienen que ver  mucho con la vida. Por decirlo de algún modo, la cámara se convierte en una prolongación de tu conciencia. Así, agucé la mirada y comencé a reflexionar sobre lo que estaba fotografiando, quizá por primera vez en toda mi vida. Y este camino me ha llevado a BOX, un proyecto que ha visto la luz, aunque en este último lustro he realizado también otro tipo de fotografías.


“Me interesan los miedos y los fantasmas de esos chicos, más que el deporte que practican, porque en gran medida comparto con ellos esos fantasmas y esos miedos, cierta zozobra e insolvencia vital”


Conoces el mundo del boxeo, ¿Crees que esta circunstancia te ha ayudado a sacar adelante este proyecto o por el contrario conocer los detalles de este deporte te lo ha dificultado?

Ambas cosas. Yo retrato lo que vivo y vivo lo que retrato, y eso para mí es algo maravilloso, un privilegio. Hasta ahora no he fotografiado nada que me sea demasiado ajeno. Y es bueno profundizar sobre lo que fotografías porque puedes anticiparte a algunas cosas, pero también tiene su parte complicada, porque tienes que dejar de lado prejuicios y manías o conceptos que dabas por hechos pero que pueden resultar un lastre a la hora de crear algo auténtico. Para mí, el proceso de quitarme esos prejuicios ha sido doble, porque conozco el boxeo desde
dentro y porque he tenido que abstraerme de mi enfoque periodístico. En eso me han ayudado mucho Jesus Mari Arruabarrena y Txelu Angoitia, editores de NOCTIS. Tengo que agradecerles eso y mucho más.

¿Y qué es lo que quieres trasladar con estas fotografías?

Nada concreto. Me gustan las fotografías que dicen poco o nada. Prefiero sugerir, provocar, activar algún tipo de extrañeza en los ojos de quien ve mis fotografías.

¿Y qué es lo que le interesa del boxeo?

El combate en sí no me interesa demasiado; además, es algo que está a la vista de todos los espectadores. Prefiero lo que acontece en la esquina durante ese minuto que pasa volando; ahí el boxeador vuelve a ser consciente de lo que está viviendo. Y me interesa, sobre todo, lo que el boxeo puede transmitir, más allá del tema deportivo: disciplina, dolor, silencio, soledad, tensión, drama, compañerismo… Me  interesan los miedos y los fantasmas de esos chicos, más que el deporte que practican, porque en gran medida comparto con ellos esos fantasmas y esos miedos, cierta zozobra e insolvencia vital.

Tras observar con detenimiento las fotos de este libro puede decirse que BOX es algo bastante diferente a un mero trabajo que documenta el boxeo. ¿Ha sido el boxeo el recurso que has usado para explicar algo más profundo y relacionado con los sentimientos?

Mi intención no pasaba por documentar nada, y creo que en el libro esta circunstancia se aprecia rápido. Para mí el boxeo ha sido un vehículo que me ha ayudado a tratar de crear una ficción muy real.


“No me gusta demasiado preparar la imagen, prefiero que surja, que me sorprenda, aunque la haya soñado con antelación”.


En lo que concierne a la estética del trabajo, ¿puedes explicarnos un poco el motivo de los recursos elegidos? Retratos muy cerca del protagonista, oscuridad, exposiciones largas, blanco y negro… ¿Son características propias de tu estilo o han sido utilizadas en concreto para este libro?

Al final todo lo que hacemos se basa en lo que hemos leído, en lo que hemos visto, en lo que hemos aprendido y aprehendido… Dejo que mi intuición trabaje por mí, pero me da la impresión de que la intuición, que parte de mirar dentro de uno mismo, se basa en todo eso. Y la mecánica es simple, que no sencilla: olvidar todo lo aprendido, pero a la vez eso mismo será lo que guíe en tu trabajo -de forma consciente o no-. Me gusta dejar trabajar a la emoción de la conciencia; no me gusta demasiado preparar la imagen, prefiero que surja, que me sorprenda, aunque la haya soñado con antelación. Algunos me han dicho que veían influencias de otros fotógrafos en mis imágenes, pero no pienso en eso.

Cuando te refieres al libro BOX hablas del «resultado de un increíble y maravilloso fracaso». ¿Puedes explicarnos el porqué de esa afirmación?

No quiero hacer apología del fracaso, al igual que no quiero hacer apología del boxeo. Es mejor acertar, qué duda cabe. Pero para los que no acertamos demasiado, el fracaso es una especie de acicate. BOX no ha salido exactamente como lo había planeado. Tal y como te acabo de comentar, mi intención nunca ha sido la de crear un libro sobre boxeo, pero hay gente que lo está viendo así. Además, mi mayor anhelo es dotar de cierto halo poético a las imágenes que hago, pero diría que en BOX no lo he conseguido del todo. Por otra parte, he vivido momentos muy buenos en el boxeo, y en un principio era algo que quería reflejar en el libro, pero luego, en el proceso de edición me di cuenta de que esas fotos no tenían lugar en la colección final, no se adaptaban a la atmósfera que imperaba en el libro. Los editores también me ayudaron con eso. Repito: he aprendido mucho con ellos.


“Cuando cuelgo la cámara del cuello -y lo hago pocas veces- es como un ritual, algo sagrado que me conecta conmigo mismo y con el mundo a la vez”


Miedo, nerviosismo, tensión, cansancio, dolor… en esta serie de fotografías se describen múltiples sentimientos de los seres vivos. ¿Cuáles han sido tus sentimientos a la hora de hacer las fotos para este trabajo?

Realizo imágenes que me producen extrañeza a mí, que me interpelan, que me causan cierto desasosiego, imágenes que activan algo en mi interior. En ese sentido, la fotografía es algo especial para mí, y cuando cuelgo la cámara del cuello -y lo hago pocas veces- es como un ritual, algo sagrado que me conecta conmigo mismo y con el mundo a la vez. Tal y como yo la entiendo, la fotografía pide reflexión, pide criterio, pide cuestionarse muchas cosas, pide mirar y mirar… Y por eso mismo me gusta la fotografía, porque va a contracorriente de este mundo apresurado y superficial. En ese sentido, los fotógrafos somos bastante punkies.

Esta pregunta tiene que ver con el soporte utilizado. Por la decisión de publicarlo como libro. ¿Crees que ese era el soporte más adecuado para publicar estas fotos? ¿Crees que también funcionarían presentadas en vídeo o en una exposición?

Un conocido me propuso hacer incluso una performance con el material, pero el problema es que no tengo suficiente tiempo para todo, y si lo tuviera, lo dedicaría a otros proyectos fotográficos que tengo en mente. En un principio tenía la intención de hacer un libro más pequeño, para de algún modo dar por cerrada una etapa, pero al final ese libro se ha convertido en algo más grande y consistente, gracias a la editorial Noctis. Y estoy sorprendido con la respuesta de la gente y de otros fotógrafos, que ha sido excelente. En cualquier caso, este libro me valdrá para conocer gente interesante, para acercarme al trabajo de otros fotógrafos y otras fotógrafas, y, sobre todo, para explorar esta disciplina y sus posibilidades, que son casi infinitas.


“Me atraen cada vez más las imágenes que flotan como en un sueño, escenarios que no parecen muy reales, pero que a veces se vuelven más reales que la propia realidad”


¿Tienes en mente algún otro proyecto en el que vuelvas a intentar hacer poesía a partir de imágenes o tu trabajo de periodista te mantiene ocupada la agenda?

Tengo ideas, también intenciones y pálpitos, sueño con nuevas fotografías que aún no he logrado sacar, porque me atraen cada vez más las imágenes que flotan como en un sueño, escenarios que no parecen muy reales, pero que a veces se vuelven más reales que la propia realidad. A fin de cuentas, ¿qué es la realidad? ¿Una convención social? ¿Cultural? ¿Económica? ¿Política? ¿Es lo que vemos? ¿Lo que queremos ver? ¿Lo que quieren que veamos? ¿Lo que nos han enseñado a ver? Lo dicho: tengo ideas y sueños, pero ya se verá; vivo anclado al presente.

BOX, Iñaki Mendizabal. Noctis

https://www.youtube.com/watch?v=9p9ombarlZc

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