ANTON CORBIJN
Por Javier Sanz
Alumno del Curso de Fotografía Avanzado Blackkamera
Después de cavilarlo, pensarlo y recapacitarlo, me he decidido finalmente a presentaros a uno de los fotógrafos que más me ha acompañado en mi existir, el porqué de ello, es muy sencillo, él ha retratado a la mayor parte de las bandas musicales que han alimentado mi pasión por el rock y ha sido parte visual, de todos esos viejos vinilos que he escuchado durante mi adolescencia y juventud.
Anton Corbijn nació en 1955 en Strijen, Holanda, en el seno de una familia religiosa, de padre pastor protestante, apasionado de la fotografía, y madre enfermera. De carácter tímido, se inicia como fotógrafo musical, intentando evadir el hecho de acudir solo a un concierto. Con 17 años coge prestada la cámara de fotos de su padre y se lanza a retratar a aquella banda que admiraba. Contra todo pronóstico, esas fotografías terminan siendo publicadas, lo que anima al joven Anton a comenzar su carrera como fotógrafo musical.
En 1979, se muda a Londres, donde comienza a trabajar con las nuevas bandas de rock, surgidas tras la efervescencia del movimiento punk. Es en esta época, cuando Corbijn conoce a Magazine, Public Image Ltd y Joy Division. Pero es precisamente con estos últimos, con los que establecerá una especial relación de amistad y en especial con su legendario cantante Ian Curtis. Durante este periodo, comenzaría su trabajo como fotógrafo para las importantes revistas New Musical Express, Vogue o Rolling Stone. Es a través de su trabajo con la revista New Musical Express, tras un encargo para retratar a una joven banda irlandesa, durante un concierto en Nueva Orleans en 1982, cuando Corbijn, conoce a otra de las bandas de rock con las que comenzaría una de las relaciones fotógrafo-grupo más duradero de la historia, su nombre U2. Cinco años después se consagra como un icono del rock de los 80, con la portada del álbum The Joshua Tree.
A finales de los 80, confirmado ya como uno de los mejores fotógrafos retratista, comienza a trabajar con un sin fin de bandas y músicos, como Depeche Mode, Metallica, Red Hot Chilli Peppers, David Bowie, Iggy Pop, Johnny Cash y otras personalidades del mundo del cine, como Martin Scorsese, Robert de Niro, Clint Eastwood….aunque Corbijn confiesa que “El mundo del glamour no es mi mundo. Siempre he intentado ver la belleza interior de las personas. La belleza exterior a menudo me confundía y durante mucho tiempo no estaba cómodo cuando me la encontraba a mí alrededor. Esa es la razón por la que apenas fotografié modelos cuando era joven”.
Fotografía siempre en analógico porque “le da a la fotografía una sensación de aventura. Veo a la gente que utiliza el digital y me parece que es solo un trabajo. No me gusta. No quiero para mí sea un oficio, sino una aventura”. Tras trabajar cámara en mano con un 35 mm durante más de quince años, dio el salto al medio formato con Hasselbland y sus objetivos predilectos son el 60, 80 y 120 mm. Aunque reconoce que “mi falta de habilidad se ha convertido en mi mayor virtud”. Lo artesanal es estupendo si quieres fabricar algo. Pero en las artes no lo es tanto. Muchos fotógrafos que conozco sienten devoción por sus cámaras y todo lo que pueden hacer. A mí siempre me han dejado indiferente”.
Sus fotografías son reconocidas por un estilo elegante y de excelente composición. La mayoría de ellas en blanco y negro, aunque también buena parte de ellas tienen un tinte color sepia o una tonalidad azul, similar al de un fotograma que ha sido expuesto al sol durante horas. Pero sin duda, lo más característico de su obra es el grano, el cual reinventa en sus fotografías introduciendo el ruido en ellas. En ocasiones se le ha preguntado el porqué del uso de este recurso fotográfico, a lo que el propio Corbijn responde diciendo que “el grano es la vida”. Es a través de esta técnica, como se evidencian sus influencias más personales, como el gusto por la estética del director ruso Tarkovski o del expresionismo alemán surgido a principios del siglo XX, con fotógrafos como August Sander o Karl Blossfeldt.
Cuando se le pregunta cómo consigue que todas estas estrellas de nivel internacional posen para él, conscientes de que no va a contribuir a reforzar su glamour, contesta “porque conocen cual es mi naturaleza, no tengo a nadie en un pedestal, y mis propias inseguridades empapan mis trabajos. Mis fotos, videos, películas nacen de mi personalidad, y eso precisamente es lo que las hace diferentes a las de otros”.
A finales de los 80, Corbijn se lanza a la dirección de vídeos musicales, actividad que según el propio fotógrafo “es lo que más ha influido en mí fotografía” ya que “antes estaba más relacionado con un estilo documental, pero con los vídeos musicales tienes que planear las cosas con mucha antelación, igual que con las películas. Y así empiezas a probar nuevas ideas y a usar vestuario o maquillaje” Así, que este método de trabajo también empezó a introducirse poco a poco en mis fotos”. Corbijn ha sido el director de videos tan afamados como: Heart Shaped Box-Nirvana, Atmosphere-Joy Division, Electrical Storm-U2, All these things that I`ve done-The Killers, Talk-Coldplay, Strange Love-Depeche Mode o Reflektor-Arcade Fire, que son auténticas iconografías de la cultura del rock y del arte de la fotografía.
En estos últimos años se ha centrado en su faceta como director de cine, con películas como Control (2007), El americano (2010), El hombre más buscado (2014) y Life (2015).