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Lova Lois. Torrente de creatividad.

Entrevista realizada por David Tijero.

Lova Lois, artista multidisciplinar que ha alternado la creación en ámbitos tan diversos como la fotografía, la literatura o la música, rememora en esta entrevista su paso como alumna por Blackkamera y cómo su trayectoria como cantante y compositora le ha llevado a ingresar en la banda Esne Beltza.

Desde muy joven te interesaste por la escritura y la poesía, ¿de dónde vino aquel interés? 

Todo surgió de la frustración que me provocaba ver cómo el mundo estaba sumido en el caos y yo no podía hacer nada para cambiarlo. Así comencé a llenar folios de ideas sobre cómo podría unir a la gente y hoy en día creo que la música es una gran aliada para conseguirlo. 

También has destacado desde muy joven como cantante, componiendo además tus propias canciones, ¿recibiste algún tipo de formación musical? ¿algún referente musical que te haya servido especialmente como inspiración?

Lo cierto es que mi formación musical ha sido escasa, comencé yendo a clases de guitarra de manera intermitente hasta que con 16 años me di cuenta de que podía utilizar la guitarra para musicalizar mis poemas, así pues, vi la guitarra como la herramienta que me ayudaría a llegar a más personas ya que todo el mundo escucha canciones a lo largo del día. Podría nombrar a varios referentes de distintos géneros ya que creo que todo lo que he escuchado me ha influido y me ha alentado a ser versátil y fusionar estilos. Sin embargo, diría que el cantautor Fredi Leis es el que más recuerdo, siempre les decía a mis amigos que más que un cantante me parecía un poeta y en ese momento fue cuando intenté musicalizar uno de mis poemas. 

Tus letras denotan un marcado interés por temáticas sociales. Letras que hablan de igualdad de género, en contra de cualquier discriminación, de los problemas a los que la gente más joven ha de hacer frente… algo que, es mi percepción personal, no parece ser muy habitual en la mayor parte de cantantes de tu generación ¿es una percepción equivocada? ¿te sientes al margen de modas imperantes? 

Coincido en que no veo tanta denuncia social en los jóvenes como me gustaría, si bien es cierto que cada vez conozco a más personas que intentan cambiar las cosas y son conscientes del poder que tenemos de influenciar positivamente a nuestro entorno más cercano. Entonces sí que me siento un poco al margen a veces, sobre todo cuando a la hora de hacer una colaboración parece que todo el mundo quiere hablar de amor y es algo que obviamente está en nosotros, que yo también tengo y muestro en varias canciones, pero me gustaría que fuese más habitual hablar sobre el cambio y los valores que necesitamos sembrar para conseguir tener ese amor y bienestar que tanto anhelamos. 

 Hace unos años fuiste alumna de la Escuela Blackkamera, ¿Qué recuerdos guardas de tu paso por allí? ¿Influyó en tu forma de fotografiar o en las inquietudes que, cámara en mano, puedas tener? 

De las mejores experiencias de mi vida ha sido estar en Blackkamera, recuerdo crecer y conocerme tanto que me emociono la verdad. Comencé en la fotografía porque mis padres me compraron una cámara y para aprender a utilizarla fui a un curso de fin de semana de Blackkamera y me impactó tanto la pasión que transmitía Josu Zaldibar por la fotografía y por enseñarnos que quise aprender más. Recibí conocimientos que me hicieron cuestionar mi forma de mirar y los ejercicios que hacíamos fueron juego y terapia. 

 Tu obra fotográfica te llevó incluso a ser finalista en el Certamen de Fotografía Baffest, ¿queda tiempo para incidir en tu creatividad trabajando con imágenes o la música se está llevando todos los esfuerzos? 

Sin duda la música requiere mucho tiempo y dedicación, pero siempre vuelvo a la fotografía sobre todo al autorretrato, en él me encuentro y consigo respuestas a preguntas profundas para las que a veces no tengo palabras. Por ejemplo, hace unos meses participé en la exposición colectiva “Girls” de Bwallcolective con mi proyecto fotográfico “K-Tharsis” el cual surgió de una serie de autorretratos que comencé a hacerme mientras lloraba, quise dejar la sesión, pero entonces me cuestioné por qué está tan mal visto el acto de llorar, como si llorar fuera de débiles o algo de lo que avergonzarse. Así quise crear esta obra fotográfica y poética en la que cuestiono la falsa creencia de que las personas fuertes no lloran. Para mí la fotografía, al igual que la música y la poesía es una herramienta que debemos aprender a utilizar para conseguir vivir en paz o al menos intentarlo. 

 El año pasado iniciaste tu andadura junto con la banda Esne Beltza, ¿cómo fue el proceso de pasar a formar parte de la misma? ¿Os conocíais de antes? ¿Contactaron contigo? 

El proceso fue curioso porque antes de querer dedicarme a la música tuve una agencia de marketing y cuando lo dejé pensaba en si algún día me servirían esos conocimientos que obtuve y desde luego que sí ya que Xabi Solano el cantante y líder de la banda me conoció y contactó a través de una publicidad que hice para la canción del 25N. Me comentaron que estaban buscando una cantante rapera para el grupo, haciendo varias pruebas y fluimos tan bien que comencé a formar parte de la banda. 

 Y cómo está siendo la experiencia, ¿Sientes que has de ceñirte a lo que la banda pide o tu entrada también les ha influido a ellos en su modo de trabajo?

Está siendo una experiencia increíble, estoy aprendiendo mucho al tocar con ellos. Me dejan libertad para meter mis raps en sus temas así también aprendo amoldando mi letra a otros géneros y creo que se vuelve todo más orgánico. Quieren que me encuentre cómoda y lo pase bien, prima el que sea una experiencia agradable para todos así que estoy muy contenta. Además de músicos profesionales son amigos, quieren disfrutar y hacer disfrutar al público y eso se nota, creo que no podría haber ido a parar a mejor grupo. Compartimos pasión y valores, es una bendición toparse con gente así, estoy muy agradecida.

 

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